La pandemia generada tras la llegada de la COVID-19 ha supuesto una situación extraordinaria que nos ofrece una oportunidad para cambiar las reglas de juego de la educación y los modos de hacer en la escuela.
Algunas situaciones que representaban una realidad desfavorable en el sistema educativo para una parte del alumnado pueden ahora revertirse gracias a lo aprendido durante este tiempo.
Reflexiones sobre la educación inclusiva
El confinamiento y el aislamiento social han creado un espacio sin precedente para reflexionar sobre la educación inclusiva y la respuesta a diversidad. Hoy más que nunca debemos tener claro que la “nueva normalidad” debe venir acompañada de una nueva forma de responder a las necesidades psicoeducativas de todo el alumnado.
Lo “normal” en la escuela es la diversidad, y los alumnos y alumnas con altas capacidades representan uno de los mayores retos educativos de esa “nueva normalidad”. ¿Qué hemos aprendido durante este tiempo sobre esta parte del alumnado?
Según algunas fuentes, se estima que alrededor de un 15 % de la población presenta altas capacidades. Lamentablemente, solo el 3 % de las personas son identificadas como superdotadas. Con los datos más actualizados que publica el Ministerio de Educación, en España se identificaron solamente 35 494 alumnos y alumnas con altas capacidades durante el curso 2018-2019, lo que representa menos del 0,5 % del total de niños y niñas escolarizados.