Queridos Profesores – Asistentes de la Educación. Queridos Amigos.
Me dirijo cariñosamente cada uno de ustedes, distinguidos educadores, en éste, nuestro Día del Maestro, que fue instaurado originalmente el 11 de Septiembre de 1943, por decreto del Presidente Juan Antonio Ríos.
Hoy quiero hacer un sentido y merecido reconocimiento a su noble y generosa tarea.
Por eso quiero acercarme a Uds. mediante estas palabras, pues me permiten destacar la importancia y el valor de ser formador, de aportar con nuestro trabajo a la educación y formación de los niños, niñas y jóvenes que están en nuestras aulas. Esto, porque creo firmemente que la educación es la herramienta más poderosa para generar una revolución cultural, que ayude al progreso de cada uno de nuestros estudiantes, y por lo mismo, de nuestra nación. La educación, nuestra profesión, es la base sobre la que se sustenta cualquier sociedad; sin educación, todo lo demás se derrumba… la grandeza de un país está en el desarrollo del potencial humano… en su gente.
Ser maestro es una invitación a motivar, potenciar y valorar lo que cada estudiante es y puede llegar a ser. Nuestra labor se funda en la verdadera vocación de dedicar tiempo, paciencia y compromiso en la formación de niños, niñas y jóvenes, tomando como un desafío las nuevas demandas y exigencias que nos impone la sociedad del conocimiento, porque conscientemente existe en nosotros el deseo de poner en el corazón de nuestros estudiantes, sólidas virtudes que les permitan creer en sí mismos, vencer las desacuerdos y conflictos y mirar la vida con optimismo. Poder soñar con un futuro siempre mejor donde lo imposible es posible, donde la innovación y el desarrollo de sus proyectos de vida los lleve a una existencia plena y realmente sean una luz en la vida de los otros.
Nuevamente quiero compartir con ustedes los siguientes versos, que son una verdadera inspiración, una invitación a ser cada día mejor, a desarrollar nuestro máximo potencial en el aula y a reflexionar sobre el camino que hemos recorrido hasta acá. Nos invitan a evocar a todos quienes han pasado por nuestras salas, todos quienes hoy nos recuerdan con cariño como su profesor o profesora.
“El que educa con cariño
Personas va modelando…
Personas va modelando
El que enseña con amor,
Sin importar el dolor
De envejecer trabajando.
Los años se van pasando…
El tiempo vuela que vuela.
El educar se consuela
De pobreza inmerecida
Y va dejando su vida…
El profesor en la escuela.”
(Poeta popular: Jorge Yáñez)
Que los Sagrados Corazones de Jesús y María bendigan a cada uno de ustedes, por su entrega generosa y desinteresada. Tengan la certeza que recibirán abundantes bendiciones y gracias junto a su familia.
Muy sinceramente.
Gloria Rojas Ponce
Directora