Esta semana vivimos momentos tremendamente significativos como comunidad. Volvimos a tener nuestra capilla llena, como antes de la pandemia.
Vivimos un Domingo de Ramos fervoroso conmemorando la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, lo que marca el inicio de la Semana Santa y del tiempo de la Pasión del Señor, que culmina con el Triduo Santo el jueves, viernes y sábado.
Luego tuvimos un Miércoles Santo con diferentes conmemoraciones de la última cena del Señor en los distintos ciclos del colegio, desde los más pequeñitos que compartieron pan y uvas, hasta los más grandes que regalaron todo su esfuerzo a sus compañeros en 3 presentaciones impecables de su interpretación de Jesucristo Superestrella (disponible completa en nuestro Instagram).
Ese día la salida fue en silencio como para marcar el inicio del Triduo Santo, lo que también incluyó un mensaje de cada estudiante que fue pegado en distintas cruces dispuestas en las salidas. La pregunta era: ¿qué actitud quieres dejar morir simbólicamente?
Por la tarde nos reunimos en torno a la Adoración al Santísimo en una capilla a media luz que nos ayudó a conseguir tener un momento personal e íntimo con Dios acompañado de música y de distintas lecturas de meditación.
El Jueves Santo fue el turno de las y los profesores y todo el personal del colegio que tuvo la oportunidad de llegar hasta el memorial del padre Esteban Gumucio ss.cc. ubicado en La Granja para vivir un retiro a partir de sus textos. Ahí pudieron recorrer su biografía a través de un autorretrato, reflexionar sobre la muerte, y conectarse con el gozo de aquellas cosas que les gustan. Al final de la jornada, un grupo llevó hasta el albergue Esteban Gumucio -que recibe a personas con consumo problemático de albohol y drogas- unos artículos de aseo para cada uno de los que allí reside.
El sábado 30 vivimos la Vigilia Pascual, la noche más santa de todas, cuando la muerte es vencida por el amor. Una eucaristía nuevamente con mucha presencia nos llenó de esperanza en una nueva celebración de la Resurrección de Jesús.
El lunes 1º de abril por la mañana, todo el colegio se reunió en la cancha blanca para acoger la luz del resucitado y llevarla a sus salas para encender con el espíritu de la vida el quehacer de nuestro colegio y de nuestra comunidad. Los cuartos medios partieron a buscar los huevitos de pascua que sus profesores jefes habían escondido para ellos.
Agradecemos el inmenso trabajo de quienes colaboraron para vivir este significativo tiempo de fe como un solo cuerpo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María.