Nombre: María Jesús Carreño
Meta: Argumentar respecto de las fases de la Revolución Rusa en base a una fuente.
Instrucciones: Lee atentamente el problema histórico que se te presenta y luego contesta la pregunta siguiendo los pasos para realizar una correcta argumentación (ver PPT y clase 11 de junio), guíate con la rúbrica adjunta.
La historiadora y cientista política Hannah Arendt señala que: “Las revoluciones modernas, involucran un nuevo origen, no son simples cambios. La Antigüedad estuvo muy familiarizada con el cambio político y con la violencia que resulta de éste, pero, a su juicio, ninguno de ellos daba nacimiento a una realidad enteramente nueva. Los cambios no interrumpían el curso histórico como en las modernas revoluciones, pues, lejos de iniciar un nuevo origen, fue concebido como la vuelta a una etapa diferente de un mismo ciclo.”
Hannah Arendt, Sobre la Revolución. 1963, adaptado.
Siguiendo la idea planteada por Hannah Arendt sobre las revoluciones modernas y utilizando la información relativa a la Revolución Rusa, argumenta: ¿Es posible afirmar que ambas fases de la Revolución Rusa, la de febrero y la de octubre, fueron “revolucionarias”? ¿Por qué?
El antiguo Imperio Ruso -el cual abarcaba territorio europeo y asiático- se caracterizaba por poseer una monarquía absoluta liderada por un Zar, lo cual poco a poco desarrolló el surgimiento de una oposición a este sistema y su autoridad, siendo así una de las causas de la Revolución vivida en 1905, otra razón fue debido a la pobreza y hambruna que sufrían los campesinos -quienes representaban a la mayoría de los ciudadanos-, y a la fuerte represión hacia la sociedad, desembocando así en el ya conocido Domingo Sangriento. Como resultado de estos hitos, la población presentaba un descontento agudizado a causa de la integración por parte de este imperio a la Gran Guerra pese a la no preparación de sus soldados y al malestar que ya se venía viviendo años atrás. Por lo que el pueblo no seguirá permitiendo el incumplimiento de sus demandas, iniciando grandes manifestaciones y huelgas las cuales incluso contarán con el apoyo de tropas, dejando así sin apoyo al Zar, y dando inicio a la Revolución Rusa comenzada en 1917 hasta 1923, la cual cuenta con dos etapas durante la extensión de estos años. Pese a que este proceso se caracteriza por experimentar cambios bruscos propios de una rebelión de este tipo, se puede decir que bajo la tesis que planteó la historiadora y cientista política Hannah Arendt sobre las revoluciones, solamente clasifica como tal la segunda fase de la Revolución Rusa.
En primer lugar y en función de explicar la hipótesis manifestada por Hannah en su escrito “Sobre la revolución”, se puede decir que presenta un punto de vista desde el cual se aprecia una revolución, en el moderno sentido de la palabra al hablar sobre un proceso que marca un fin y por ende un inicio de una época histórica, tal como se aprecia en “Las revoluciones modernas, involucran un nuevo origen, no son simples cambios”[Hannah Arendt, Sobre la Revolución. 1963, adaptado].
Respecto a la primera fase no encaja en esta descripción, puesto que se realizaron cambios políticos importantes, refiriéndose a la caída de la monarquía Zarista instaurada, produciendo como respuesta la instalación de un gobierno provisional, sin embargo, más allá de que este sea un hito de relevancia en la historia rusa, no abarcó mucho más, debido a que esta administración dirigida por Kerensky no solucionó ninguna de las demandas exigidas por los ciudadanos, obteniendo como consecuencia nulo apoyo y autoridad sobre estos. De manera que no provocó un cambio crucial para la vida de las personas, dejándolas en una situación muy parecida a la cual estaban bajo el régimen Zarista. por lo que bajo la mirada de esta cientista política este hecho no marca una revolución, sino que solamente y cito “…lejos de iniciar un nuevo origen, fue concebido como la vuelta a una etapa diferente de un mismo ciclo”[Hannah Arendt, Sobre la Revolución. 1963, adaptado].
No obstante, en referencia a la segunda, se puede apreciar que, si bien llegó de forma más agresiva al poder producto del golpe de Estado -liderado por los bolcheviques, en específico por el dirigente político Lenin-, asimismo efectuó una serie de acciones las cuales sí cumplían con las expectativas y demandas que el pueblo estaba pidiendo, como por ejemplo la salida inmediata del ex imperio de la Primera Guerra Mundial. Los bolcheviques se encontraban muy organizados e implementaron una serie de reformas las cuales, a diferencia de la primera etapa, sí cambiaron el contexto ya sea social, político y económico, con la integración de un gobierno revolucionario que impone una ideología marxista. Cambiando así su posición de imperio a una república federal, que poco tiempo después se llamará la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas -URSS- y se convertirá en el primer país del mundo en poseer un Estado comunista, dando inicio a un sistema completamente nuevo.
En definitiva, bajo los postulados de Hannah Arendt solamente la segunda fase de la Revolución Rusa puede ser llamada como tal, ya que, involucró cambios primordiales que marcaron el inicio de un nuevo periodo en la historia rusa, pues implementó por ejemplo la ejecución de un sistema comunista por primera vez, lo que convierte a este país en un modelo. En cambio, la primera fase por más que experimenta un cambio político importante como lo es la abdicación del Zar y consigo la monarquía, no logra una permutación real del contexto vivido ni de los ideales que se manifestaron en el mandato de Kerensky, manteniendo así en esencia el antiguo imperio y formando solamente una nueva etapa de un mismo ciclo.