Saludo Día del Profesor y Asistente de la Educación

Santiago, 16 de Octubre 2018

Queridos Profesores y Asistentes de la Educación. Sobre todo, queridos amigos.

Me dirijo cariñosamente a todos y cada uno de ustedes, distinguidos educadores, en éste, nuestro Día del Maestro, que fue instaurado originalmente el 11 de Septiembre de 1943, por decreto del Presidente Juan Antonio Ríos.

Hoy quiero hacer un sentido y merecido reconocimiento a su noble y generosa tarea.

Acercarme a Uds. mediante estas palabras, me permite destacar la importancia de ser formador, y de creer ciegamente que la educación es la herramienta más poderosa para generar una revolución cultural, que ayude al progreso de las personas, y por ende, de nuestra nación, pues es la base sobre la que se sustenta cualquier sociedad. Porque sin educación, todo lo demás se derrumba… ya que la grandeza de un país está en el potencial humano y en el adecuado desarrollo de sus personas.

Independientemente de las nuevas demandas y exigencias que nos imponga la sociedad del conocimiento, hay un rasgo distintivo en la esencia de ser educador… Me refiero al rol inspirador que quiebra los esquemas, que derrota al estancamiento y que moviliza a nuestros estudiantes. Que los impulsa a mirar la vida con optimismo y esperanza, a soñar con un futuro donde lo imposible es posible, y a vencer las incomprensiones y el cansancio.

Porque junto con la excelencia en lo académico y los probados conocimientos disciplinares, existe en cada uno de Uds. el deseo de poner en el corazón de sus alumnos, la necesaria e imprescindible cuota de voluntad para surgir y triunfar, en el entendido de que su formación es completa, tanto en lo espiritual como en lo pedagógico.

Porque las enseñanzas de la vida y la experiencia de los años, son la fuente de inspiración para ayudar a fortalecer las virtudes y corregir los errores de los educandos

Porque ser maestro se funda en la verdadera vocación que nos lleva a dedicar tiempo, paciencia y compromiso en la formación de niños (as) y jóvenes, Y esto va más allá de un título, de un cargo o de un trabajo, pues es nuestra forma de vida.

Finalmente, les entrego las palabras de un poeta popular, que con sabiduría nos dice:

“El que educa con cariño

Personas va modelando…

Personas va modelando

El que enseña con amor,

Sin importar el dolor

De envejecer trabajando.

Los años se van pasando…

El tiempo vuela que vuela.

El educar se consuela

De pobreza inmerecida

Y va dejando su vida…

El profesor en la escuela”.

Que los Sagrados Corazones de Jesús y María bendigan a cada uno de ustedes, por su entrega generosa y desinteresada, y les otorguen abundantes bendiciones y gracias junto a su familia.

Muy sinceramente.

Gloria Rojas Ponce

Directora