¿Qué queremos compartir?
Como Colegio queremos…
- Animar a las familias a compartir la Fiesta de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
- Rezar bajo el alero de las figuras de Jesús y María.
Sugerimos tengan materiales básicos para celebrar:
- Una vela o cirio, Biblia, pequeño mantel o aguayo, dos corazones hecho en papel.
Hay que tener presente que…
- Los invitamos a que como familia fijen una hora para reunirse.
- Se puede colocar una música suave de fondo.
- Apagar la TV, evitar el uso del celular y ordenar el lugar donde nos vamos a encontrar.
Antes de comenzar…
Ofrezcamos al Señor nuestras intenciones y deseos para este día. ¿Qué quiero ofrecer al Señor en este día? ¿Cuál(es) de mis deseos(s) o intenciones quiero poner en el corazón de Dios?
Iniciamos esta oración, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Canto: Corazón de Jesús – P. Cristóbal Fones s.j
Dos corazones tan unidos como son los de la Madre y el Hijo, como son los de Jesús y María, como lo son Dios y la creatura más excelente entre toda la humanidad de todos los tiempos.
Celebrar la fiesta del “corazón” es celebrar la fiesta del amor, del que es su símbolo más expresivo. Cuando hablamos de los corazones, no nos referimos al órgano vital que late en nuestro cuerpo, nos referimos a toda la persona. Cuando decimos que una persona tiene un “corazón generoso”, o “un gran corazón”, todos entienden que se refiere a la persona íntegra, no sólo a ese músculo que bombea la sangre a todo el cuerpo. Celebramos el amor. Siempre el corazón ha sido el signo más expresivo del amor humano y del amor divino.
La Congregación de los Sagrados Corazones, celebra en esos días a sus titulares: Corazón de Jesús y Corazón de María. El lema de su carisma es: “Contemplar, Vivir y Anunciar el amor de Dios, manifestado en Jesús”.
Antes de anunciar el amor de Dios, hay que tratar de vivirlo; pero antes de vivirlo es preciso contemplarlo. Por la contemplación, a la vivencia y al anuncio. Al contemplar el amor de Dios derrochado entre los hombres, y al ver la poca respuesta del hombre, no se puede menos de tratar de reparar esa falta de amor.
Hoy día, se sigue maltratando a los hijos de Dios, por medio de las injusticias continuas y el desprecio a su dignidad. Por eso, reparar es también tratar de conseguir un mundo más justo en solidaridad con los más pobres.
En el mundo hay mucha gente que pasa hambre, desnudez, falta de techo, falta de libertad y en nuestros días enfrentarnos a la pandemia… Pero de lo que más necesitado está nuestro mundo es de AMOR. Un amor que Dios reparte a raudales infinitos, pero que los hombres nos negamos. Si hubiese un poco más de ese amor, habría bastante menos hambre, y menos necesidades vitales que cubrir. Los pueblos y las personas recobrarían la esperanza y su dignidad.
Evangelio: Soy manso y humilde de corazón
Lectura del santo evangelio según San Mateo 11, 25-30
En aquel tiempo, Jesús exclamó:
—Te doy gracias, Padre, Señor de
cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los
sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así
te ha parecido
mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el
Padre, y
nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera
revelar.
Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los aliviaré. Carguen
con mi
yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón y encontrarán
descanso. Porque mi yugo es suave y mi
carga ligera. Palabra Dios
Hagamos un momento de silencio y como familia compartamos el mensaje que el texto nos regala hoy. ¿Cómo lo puedo unir a nuestra espiritualidad de Los Sagrados Corazones?
Hacemos oración:
- Pidamos por nuestras familias y en aquellos que han partido al encuentro del Señor. Con los Sagrados Corazones, roguemos al Señor.
- Pidamos por los que hoy necesitan de este amor solidario, de este amor reparador.
Con los Sagrados Corazones, roguemos al Señor.
- Pidamos por el personal de salud y aquellos que realizan trabajos esenciales en este tiempo de pandemia. Con los Sagrados Corazones, roguemos al Señor.
- Por nuestra comunidad educativa: familias, niños y jóvenes, profesores, personal de servicio y administrativos. Con los Sagrados Corazones, roguemos al Señor.
- Por la Iglesia y el servicio que en silencio presta a la comunidad en este tiempo de pandemia. Con los Sagrados Corazones, roguemos al Señor.
- (pueden agregar sus propias intenciones de familia…) Con los Sagrados Corazones, roguemos al Señor.
(tiempo de silencio)
Los invitamos a rezar juntos el Padre Nuestro.
Consagremos a nuestras familias
Al Corazón de Jesús y al Corazón de María con esta oración:
Santísimos corazones de Jesús y María,
unidos en el amor perfecto,
como nos mirán con misericordia y cariño,
consagramos nuestros corazones,
nuestras vidas, y nuestras familias a ustedes.
Conocemos que el ejemplo bello
del hogar en Nazaret fue un modelo
para cada una de nuestras familias.
Esperamos obtener, con su ayuda,
la unión y el amor fuerte y perdurable
que nos diste.
Que nuestro hogar sea lleno de gozo.
Que el afecto sincero, la paciencia, la tolerancia,
y el respeto mutuo sean dados libremente a todos.
Que nuestras oraciones
incluyan las necesidades de los otros,
no solamente las nuestras.
Y que siempre estemos cerca de los sacramentos.
Bendigan a todos los presentes
y también a los ausentes,
tantos los difuntos como los vivientes;
que la paz esté con nosotros,
y cuando seamos probados,
concede la resignación cristiana
a la voluntad de Dios.
Mantengan nuestras familias cerca
de sus corazones;
que su protección
especial esté siempre con nosotros.
Sagrados Corazones de Jesús y María,
escuchen nuestra oración.
Amén.
- Finalizamos con la señal de la cruz:
Como signo los padres hacen la señal de la cruz en la frente de sus hijos y sus hijos hacen la señal de la cruz en la frente de sus padres.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén…
Alabados sean los Sagrados Corazones de Jesús y de María…
Ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén