Este martes 15 de noviembre, vivimos una jornada de reflexión y oración junto a nuestros estudiantes como una forma de recoger los días complejos que hemos tenido como comunidad. Cada curso se encontró durante la mañana donde pudieron compartir. Al mediodía todo el colegio rezó en el pasto alrededor de cantos y gestos de fraternidad, ofreciendo grullas y mariposas trabajadas en grupos.
El curso cuarto básico C, que es donde pertenecía la pequeña Amanda Ibáñez Fonseca, quien falleció el sábado 12 de noviembre, recibió la visita de la psicóloga Suyén Chigó, quien se ha especializado en acompañar la pérdida de niñas y niños por su trabajo en el Hospital Calvo Mackenna, donde además publicó un libro titulado “Tu partida”.
Durante el trabajo con el curso, pudieron experimentar a través de actividades artísticas cuáles eran las emociones que tienen y cuáles son los pensamientos que han compartido estos días tanto en sus familias como con sus compañeras y compañeros. Algunos resultados de su trabajo fue el nombre de Amanda (ver fotos) y dejar estampadas sus manos y las de sus profesoras en la silla que usaba su compañera, la cual será entregada a sus padres.
Para recoger el trabajo, Suyén Chigó se reunió con los apoderados del curso con el fin de colaborar en el proceso de conversación con las niñas y niños que han experimentado esta pérdida que además ha impactado al resto del colegio. En su presentación, la psicóloga comenzó recordando que la muerte es natural y es parte de la vida, por lo tanto es algo que nos puede ocurrir a todos y en cualquier momento. Y luego profundizó en la importancia de vivir el proceso de duelo que tiene que ver con la aceptación, a través del tiempo, de lo ocurrido.
Duelo, culpa, tiempos…
Suyén explicó que el duelo (dolor) se trata de cualquier pérdida que tengamos, entre las cuales está la muerte. Dicha vivencia es personal y cada una o cada uno lo vivirá de acuerdo a su biografía y realidad. Se suele hablar de 6 meses para este proceso, sin embargo detalló que esos seis meses es lo que aproximadamente se demora el cuerpo en enfrentar la noticia y el impacto de la pérdida, es decir, procesarla corporalmente, enfrentarla. De ahí viene un proceso personal que cada ser humano lo vive de manera distinta. Ese duelo es absolutamente normal y se debe tener precaución de que no se transforme en un duelo complejo, que tiene características de depresión.
También compartió el testimonio de Carmen, quien a un año de la partida de su hijo decía que se consideraba “un cacho” para su familia y que prefería no ir a ningún lado porque donde iba se ponía a llorar o estaba siempre triste. A partir de este ejemplo, la psicóloga explica lo esencial del acompañamiento a quienes viven el duelo, y se trata simplemente de estar, hacerse presentes con preguntas tan simples como: ¿Cómo estás? ¿Quieres hablar? ¿Necesitas que vaya a comprar algo por ti?. Y añadió que frases como “El/ella no querría verte sufrir así”, lo único que hacen es hacer sentir culpa por la pena que tienen, y no querer vincularse con su entorno.
Al finalizar entregó a los padres y madres algunos consejos de cómo enfrentar este tiempo como comunidad curso, lo que fue muy agradecido.